sábado, 11 de agosto de 2012

A los camaleones de la Libertad. (Punks, Metaleros y revolucionarios hipócritas, entre otros)

Cualquiera puede ser un camaleón. A muchos les resulta fácil y hasta productivo mimetizarse en grupos sociales, culturales, religiosos, políticos, etc.; el grupo provoca unos estados de seguridad, de autoafirmación del yo y facilita la obtención de objetivos si bien en principio individuales, ahora colectivos, comunes a dicho grupo.


Pero esta dinámica particular ofrece también un claro chance para aquellas personas que andan con la vileza, la manipulación y el egoísmo moderno (en diferencia al egoísmo primario) como motivos de vida y de socialización. Es así como encontraremos siempre personas que se acomodan a la ideología, al funcionamiento y a las condiciones de un grupo, pero nunca pasan a tener un nivel de compromiso colectivo ya que, de hecho, en esencia nunca les motiva ese tipo de objetivos. De esta forma encontramos gente que canta a viva voz consignas y canciones libertarias pero en su realidad interna y cotidiana esclavizan y oprimen, manipulan, abusan y mienten, o encontramos supuestos satanistas que no están realmente buscando y aplicando la libertad-liberación del espíritu sino ser asimismo esclavos de una ideología, de un ídolo, de una religión más, o como las personas que asisten a las ruidosas manifestaciones populares y hacen el papel de ser figuras, mártires, próceres o lideres, pero que en su hogar son violentos, machistas, chovinistas, capitalistas. Estos son ejemplos de esas gentes aprovechadas que se mimetizan en los grupos y los infestan, ya que perjudican toda construcción colectiva pues su razón de ser nunca es acorde, aunque lo parezca.

Esta camaleonicidad manifiesta en muchos, latente en otros tantos, de hecho no es un síntoma aislado y único a los canallas; su presencia hace parte de nuestra cotidianidad tanto como la de pulsiones de matar-morir, y las pulsiones de devorar sexualmente o ser devorado. Todos en algún momento, de hecho o de palabra, nos hemos acomodado a lo que nos están diciendo, mostrando, planteando o proponiendo, solamente para desembarazarnos de una situación inoportuna o un sujeto asfixiante. Pero una cosa es hacer concesiones puntuales y otra adoptar como forma de vida la vil acomodación, siniestra forma de disimular para conseguir lo que se desea.

Sobre los objetivos que pueden suscitar estas ideas, sentimientos y comportamientos de camaleón, hay muchos y varían de acuerdo a la persona; de ese modo hay quienes están en el medio del anarquismo para acostarse con mujeres libres, hay quienes se visten de negro para tener con quien tomar y hablar mierda, hay quienes van a una iglesia para sentir que corrigen sus errores con los humanos ante dios, hay unos que se hacen una cresta para conseguir alcohol gratis, y quienes se visten de policía para devolver el golpe que  la vida les ha dado, hay quienes les gusta pasar por lideres para sentirse admirados y así conseguir chicas, fanáticos, clientes, dinero. Podemos resumir tanto las manifestaciones de la estructura camaleónica como los objetivos aduciendo que son efectos desafortunados del egoísmo capitalista, moderno en los seres humanos que en esta era hemos capitalizado, vendido y comprado todo discurso, incluso el de la libertad.

Solo por ello recordaré estas palabras sobre la evidente camaleonicidad humana, y los esfuerzos que tienen que realizar  los verdaderos hombres y  las verdaderas mujeres guerrerxs de la libertad para sobreponerse a sus exigencias individuales, psicológicas, sexuales y capitales y encontrar un horizonte que se camina en torno a algo más allá de la inexistente felicidad capitalista, felicidad que es la gasolina de los camaleones hipócritas y canallas que hay que soportar a diario incluso bajo nuestro mismo techo y en cualquier esquina, computador y antro:


"¡Cualquiera! Muda de profetas como de camisa. La humanidad no tiene apego a los viejos dogmas. Apenas asoma un guía elocuente se pone detrás de él en marcha. Las creencias son nómadas, porque están fundadas en lo absurdo. La verdad es una, pero el error es innumerable, y lo mismo da uno que otro”.


Guerra a muerte a los falsos libertarios, a los falsos satanistas y a los falsos lideres de la emancipación social y espiritual. El Viento de la Noche será para ustedes Negras Tempestades.

lunes, 11 de junio de 2012

Más contra el falso libertario


Odiar la sociedad es necesario; acomodarse en ella mientras se le critica es peligroso.
Repudiar la religión es gratificante; actuar como ella es ignorante.
Rechazar la sociedad de consumo, el capitalismo y la explotación es un acto; las palabras se las lleva el viento.
Hacerse el valiente, el ‘rebelde’ te puede llenar tu cuenta de fb de ‘amigos’, pero reconocerse y cambiar, aceptar las caídas y las cagadas, es verdaderamente valiente y por eso no se espera semejante acto de grandeza en un ser inferior como tu, escoria que haces todo lo que tanto odias (violas, mientes, manipulas y explotas a tu beneficio personas y situaciones).
Hablar de frente es de hombres, de honor; hacerlo por la espalda es para cobardes hipócritas como tu.
Creer en la libertad solamente para hacer una única voluntad (la propia), es la falsedad en sí misma; creer que nadie va a notar las indiscreciones, atropellos, violaciones, abusos, canalladas, habladurías e inconsistencias es ser bastante iluso o pendejo, y hacerse siempre el que no tiene nada que ver con los problemas deja muy claro que no es libertad, ni autonomía, ni personalidad: es simplemente estupidez.

domingo, 8 de abril de 2012

Esclavo de tu propia libertad, esclavos del Yo

También hay quienes se han llenado la boca con ilusiones que nunca llegan a realizar; creyéndose dueños de sí mismos –sus propios gobernantes- Estos, casi nunca alcanzan la claridad suficiente para darse cuenta de que son esclavos de su ego, son cautivos de su yo inflado y prisioneros de sus cadenas narcisistas, las más pesadas de todas. Son entonces pretendidamente libres, pero libres de satisfacer las exigencias de su interior, harto superficiales y vacías de contenido; necesidades carnales, necesidades pedófilas, necesidades alcohólicas o drogadictas, necesidades voyeuristas y pornográficas, necesidades chismosas o de mera habladuría insulsa y ; acá no se trata de la búsqueda espiritual de liberarse, de entender, de conocer  o de reflexionar, de asumir una posición crítica o contemplativa, simplemente se trata de manipular a los demás para alimentar un ego enfermo, que es la clara muestra de que una sociedad enferma solo produce humanos decadentes, siempre que estos se acomoden  y se dejen llevar., siempre y cuando estos no luchen por desbaratar esas cadenas que nacen en el televisor, en las paginas porno, el facebook y el blackberry, en el supermercado y en la democracia.

domingo, 1 de abril de 2012

De cómo evitar batallas internas.

Hay mil maneras de evitar una conversación. Están desde las más sencillas hasta las más viles y despreciables, pasando por las sutiles y anestésicas formas de la hipocresía y la demagogia amplia. Evitar una conversación sobre algo es la más clara evidencia de que allí reside toda la cobardía, toda la debilidad de aquel a quien se dirige dicha conversación, o un conflicto que no ha sido tramitado o puesto en palabras y carece entonces de fuerza ante otro que lo interrogue, interrogación que amenaza con derrumbarlo entonces, con avasallar cada cimiento de su pensamiento y, por ende, obligarle a replantearse en aspectos fundamentales y estructurales de su vida.

De hecho, sostener una conversación exhaustiva sobre un tema es una tarea agotadora y extenuante, por ello se requiere un gran gasto de energía mental y espiritual para salir de ella en una sola pieza, o al menos con la certeza de haber agotado finalmente todos los recursos psíquicos y las herramientas mentales para realizar semejante tarea. Por eso hay quienes prefieren rehuir de entrada a todo aquello que les cuestione sobre sí mismos; siempre se encuentra uno con el ataque, la tergiversación o la desviación a otro tema como respuesta y como signo indicial de la certeza del mismo.

De esta manera se es muy fácil asumir posiciones críticas y contestatarias frente al mundo, pero nunca detenerse a criticar y analizar desde esas perspectivas tan ‘radicales’ el mundo interno, bastante influido, creado y alimentado en el seno de ese mundo del afuera que tanto se odia; ¿Significa esto que todo ese odio es entonces una derivación de un odio aun más profundo, odio interno?

Y ya que el odio es una consagración, un ardor que nos hace dioses y nos permite destruir y crear, un fuego primordial que permite que la energía se transforme, no hay otro camino sino asumir la batalla interna y entregarse al debate y la deconstrucción misma antes de llenarse la boca sobre ideales sin forma. Cabe entonces recordar que es en la cotidianidad donde se crean realidades y se materializan ideales, las ideas pueden ser muy puras, pero sin la acción es pura habladuría.

(-Si quisiera escuchar palabras huecas asistiría a misa todos los domingos-).

sábado, 31 de marzo de 2012

Algunas diatribas y flechas a los falsos libertarios y revolucionarios.

Hay seres tan repugnantes que son la prueba viviente de que la involución es real, y que el hombre es la peor decadencia en la cadena evolutiva.
Por ejemplo, me repugnan aquellos quienes critican el sistema desde su muro de FaceBook, -llenándose la boca (ehh no, los dedos) con palabras idealistas y coros robados de canciones sobre libertad; himnos olvidados de utopías que se quedan en palabras- así como los que denigran a los curas para ser peores de acomodados y pedófilos, hipócritas y traidores.
Hay quienes, creyéndose críticos, clandestinos, libertarios,  son realmente servidumbre.
Otros que, esclavos de su libertad virtual, se han atado a las cadenas del consumo inconsciente mientras cantan ‘libertad’ en monótonos alaridos, descargados gracias a una cuenta virtual. Odian la sociedad de consumo, la odian tanto que pasan minuto tras minuto engrosando las billeteras de los proveedores de internet y telefonia, gastando horas enteras frente a un computador que los ha esclavizado más que a otros el dinero.
Y estos pretendidos libertos, no pueden vivir sin ser parásitos en el intestino de la sociedad que tanto odian, ya que ‘hasta quienes la execran participan de su carrera’(Cioran). Recordando al sabio cuando dice que quien pretende ser libre se augura a si mismo una muerte solitaria y famélica, solo así se explica que esos 'defensores de la Libertad y la Verdad' sean nada más que decadentes esclavos hipócritas y narcisistas.Cabe recordar a otro sabio escritor que sin duda afirma que es, en efecto, ser iluso si se piensa que la libertad y la verdad necesitan defensores.

¿De qué sirve hablar de cambiar una sociedad si el que habla no cambia en absoluto? ¿Si bajo su verborrea se esconde un pervertido, un canalla?
Si critican a la iglesia pero ellos asimismo engañan, violan y abusan de niñ@s,  buscan su sustento, su acomodo, su silencioso pero desmedido goce canalla en los abusos más viles que puedan cometer, en honor a ese desconocimiento del otro, a esa egoísta satisfacción narcisista descaradamente disfrazada de libertad, de anarquismo, de revolución. Que descaro usar palabras tan incendiarias para promover la más fría falsedad del corazón. 
¿Acaso ser un libertario es desconocer las necesidades, problemas, habilidades y virtudes de quienes me circundan? ¿Es exigir a la sociedad que retribuya el agravio, sin importar si las acciones promueven más desigualdad, más arbitrariedad, mas hipocresía?¿Es vaciar el sentido del mundo para imponer cualquiera, afectando a muchos?
(Continuara cuando el sueño me de tregua)